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domingo, 23 de junio de 2013

El Metro bajo la LLuvia.

Si bien a veces la ciudad nos hace ruido en la cabeza, cabe destacar que todo lo que alrededor ocurre nos causa una reacción; por ejemplo, recordando ayer la lluvia y sus posteriores consecuencias me traen a la mente la serie de cosas que la gente hace cuando llueve.
Las tardanzas en el metro por una u otra razón, crean en los usuarios cierta histeria que resulta en estrés, riñas dentro del transporte y un avance en la línea lento, muy lento...
El sin fin de travesías que se avientan algunas personas para venir a trabajar al centro de la ciudad usando el transporte colectivo, en tiempos de lluvias, es una experiencia que es bastante incómoda pero que debiera provocarnos muchas otras reflexiones. Pero en este caso sólo opinaré de todo lo que nos pasa cuando la naturaleza decide "cambiarnos" la situación en días lluviosos.
La pregunta es: ¿cómo reaccionan las personas cuando llueve? ¿que los estresa? ¿qué hacen para cambiar la situación y llegar a su destino "relajados".
A veces las riñas son autoprovocadas, pero en eso no abundaré demasiado, la lluvia es un factor que provoca en las personas una reacción inmediata y la predisposición a ser alterados en sus estados de ánimo que deriva de la lluvia y la demás gente que nos acompaña.
El hecho primero es que la realidad radica en que el clima no lo podemos controlar, y aunque se le rasque por todos lados a pretextos o excusas tratando de victimizarnos, la verdad es que no todo en este mundo está a nuestro alcance para un posible control. Los trenes van lento, nos tienen como sardinas y el sauna en esos lugares (las estaciones) es tremendo, a grado de salir más empapados por el sudor corporal que por la misma lluvia. 
Las actividades que hacemos a diario requieren de ciertos tiempos, el hecho en esto recae en que los elementos naturales nos afectan en medida considerable y más ,creo yo, a los que pasan la mitad del día en ese transporte, las inundaciones en vías y estaciones son otro factor que cabe mencionar, en este caso debemos también tener ciertas precauciones y medidas alternas al momento de que nos toque estar en medio de una eventualidad de esa magnitud, no perder la paciencia y tener autocontrol, no ver a los demás como objetos de estrés. Todos tenemos un destino al cual llegar y todos compartimos el mismo transporte.
La forma posible de salir avante de tales circunstancias podría ser, tener en cuenta nuestro entorno, las personas que comparten nuestro mismo espacio y que en virtud de tales hechos, no hay otra que afrontar esas variables, no vivimos solos y si a eso le sumamos los factores climatológicos, nos enfrentaremos con un estrés tamaño "recuerdame" por que la verdad es que eso no puede cambiarse ante el crecimiento poblacional y las necesidades individuales, de ese "ego" que nos sigue a todas partes, que lo negamos, pero es real.

Para finalizar quisiera agregar que aunque se lea ilógico, el metro puede ayudar como un desestresante, sabiendo cuando usarlo, tenemos días en que este mismo esta desocupado casi a la mitad y lo podemos usar una: para conocer nuestro transporte y saber como utilizarlo. Otra es contrastar esos días de actividad "estresante" junto con eventos climáticos que afecten nuestra cotidianeidad, que en ciertos aspectos no podremos modificar.
Este queda como uno más de las opiniones propias y agradezco su atención, pasenla bien. MCCHA.

1 comentario:

  1. Aún lleno hay gente que no sabe estar consigo misma. Si sabes que no avanza, tu enojo no hará que se mueva. Y si ya sabes que ni volando llegas ¿Por qué enojarse? solo es "trataré de llegar lo más rápido que pueda" pero sin ir mentando madres

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